Hace unas semanas os contaba que no estaba en mi mejor momento, estrés, agobio, ansiedad, episodios depresivos… era un bucle del que no podía salir.
Poco a poco y con ayuda he ido saliendo, y me he dado cuenta de que mi vida me necesitaba.
Me necesitaba con mis días mejores y peores.
Me necesitaba disfrutona de los pequeños momentos de cada día.
Me necesitaba para poder acoger a la niña que fui, rescatarla y sanarla.
Me necesitaba como soy, sin pretensiones, sin máscaras, sin exigencias.
Y ahora soy yo la que he podido hacer de mi vida algo más sano, más bonito y que me dé paz.
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